El Adiós
Apacible llanto el que trae esta madrugada, pues el azar me coloca junto al último escalón, hacia el infortunio de un corazón preso en las vicisitudes de las tinieblas, tomando la forma de unos despojos en el inmortal flujo onírico de las aguas de mi infancia.
Bebe la Dama de Noche
Largos suspiros de plata
La blanca luna exhala
Por encima de las doce
Estrecha verde vereda
Páramo de la esperanza
En el río a la lontananza
Emerge la dulce pena
La corriente arrastra un cadáver
Revoltijo de recuerdos informes
Amasijo de despojos infames
Orbe escondite de las emociones
Busco un camino entre la maleza
Al viaje del destino perpetrado
Arañazos de dolor con viveza
Me llevan hasta el eterno daño
Veo en tus ojos entrecerrados
En tus negras pupilas dilatadas
En el iris de arco-iris irisado
A la luz de los mundos desvirtuada
Fluyendo por tus venas en letargo
El Dios que nuestro Universo arrasara
Fiera imagen del mundo abandonado
Nutriendo la destrucción de mi alma
Son conciencia, cordura y moral,
Memorias que tus pasos han borrado
Baladíes frente a la maldad
Bendecida en la firma del contrato
Tantas pesadillas sin conciliar
Y ahora te tengo ante mí ¡Muerta!
Arropa al delito la oscuridad
Que consuma el final de la incerteza
Caigo. Bajo mis rodillas el fango
Mis manos sepultadas en el cieno
Corrompen mi lengua entre tus labios
El agua, la ponzoña y el veneno
Recorren tu cuerpo dedos culpables
Presos del embrujo que se desvela
De tus restos. Mientras el Diablo pace
Me hieren las lágrimas de las estrellas
Lloran mi desdicha los astros
Canto a la suerte que me trajo
Frente a tus restos mortales
La luz del la orilla ha sanado
En la sagrada sepultura
De los tristes sueños carnales
La pasión es la estructura
Que entre sus llamas se deshace
Tras elevarse en la espiral
Al cielo, el fuego de mi pira
Santifique tu nombre en esta esquela
La muerte del fantasma de un fantasma
Sea la redención en esta oblea
De mi alma, en tus restos apresada
Purgue en este acto la redacción
Las inmundicias del extinto honor
Trascienda mi libertad de tu nicho
Del féretro del que no volverás
Doy la paz a tu horror, me despido
Arrobado en que no seas, ya, nunca más:
70029070