Este periódico escolar nace como una aventura en la que un grupo de alumnos y de profesores quieren explorar las posibilidades de las herramientas de comunicación que existen en Internet. Está abierto a la colaboración de alumnos y profesores de nuestro Instituto.
_______________________________________________________________________________________

lunes, 26 de abril de 2010

Mirada escarlata

MIRADA ESCARLATA
El cielo estaba nublado, mas la calle principal de Limípolis rebosaba vida
por cada holotienda. Un grupo de jóvenes paseaba ajeno a los gritos de un
mendigo.
- ¡Queridos hermanos, es hora de arrepentirse y seguir la redención
antes del 3.600!
- Oh genial, otro loco que cree que todo acabará en un par de años.
-Dijo Esthe, apartándose del hombre.
-Una de cada diez personas cree en el Apocalipsis, y…
- ¡Por favor, deja ya tus estudios!, -Joss gritaba por encima de la multitud.
- Calla , deja que Anne hable. -Carll se había parado delante de un
callejón y observaba algo.
- ¿Qué te pasa? Estás ahí pasmado. -Joss estaba volviendo atrás.
- Parece que hay algo más adelante. -Esthe se había acercado más.
- Eso es un fielis can o houndog, usados en… -Anne retomaba sus
explicaciones.
- Hey, parece perdido, vamos a recogerlo.
El perro los miraba mientras se acercaban.

(…)

- Que raro, los ojos no suelen ser de ese color.
El houndog los miraba con ojos de un color escarlata.
- Si recuerdo bien, ese color es muestra de envenenamiento por
selenita, ingrediente de una dr…
- Ya basta, ¿eso lo has visto en la tele? -Joss parecía impaciente.
- Aquí hay algo. -Esthe indicaba una rendija abierta en una pared de un
taller de flotabuses.
A través de ella dos hombres de negro conversaban mientras los chicos
se arremolinaban alrededor de la rendija.
- Sat, esto no va bien, nada bien. Todos los que estaban bajo los efectos
del polvo se han escapado. –Decía un hombre bajito. –Ha sido culpa
mía, no ha sido más que un accidente, dame más tiempo.
- Lo siento, como tú dices, no ha sido más que un accidente, que nos hará perder mucho dinero. –Un hombre alto sostenía una pistola de aire. – Has
tenido tiempo, y lo sabes.
Acto seguido, una ligera detonación resonó como un rugido debido al
silencio que reinaba en el callejón.
- Hummm..., ya está. –El hombre alto de negro se limpiaba la sangre de
la corbata. ¿Quién anda ahí?

(…)

Tras el grito del hombre, el grupo de adolescentes antes alegre y jovial
corría a través del callejón preso del pánico. El hombre de negro disparaba
mientras las ráfagas de aire silbaban furiosas alrededor de ellos.
- ¡Vamos, al edificio, mirad la cerradura! –Decía Carll señalando una
cerradura rota por el impacto de una bala de aire.
Mientras subían hasta la azotea los cristales se partían y los gritos del
perseguidor resonaban como los de un espectro. Al llegar a la azotea,
descubrieron la calle principal con todas las vías aéreas repletas de flotautos
viajando frenéticamente. La sirena de un flotamión policial resonaba entre las
demás. El hombre de negro había aparecido por la puerta y apretaba el gatillo,
pero no tenía balas.
- ¡Saltad! –Gritó Joss. –¡Caeremos en algún flotauto!
- ¡Pero tenemos una posibilidad de entre cien de sobrevivir! –Replicaba
Anne.
-¡Deja tus estudios y salta! –Gritó Carll.
Mientras el hombre de negro se abalanzaba sobre ellos, todos saltaron al
vacío.

(…)

El hombre de negro cayó a la calle principal, pero por suerte los chicos
cayeron encima del flotamión policial que circulaba bajo ellos en el momento del salto. Tras contar todo lo sucedido, y tras una investigación que hizo la policía, averiguaron que los dos hombres estaban relacionados con peleas ilegales de houndogs drogados. Los animales, que se comportaban mucho más agresivos por los efectos de una droga conocida como “polvos lunares”, habían quedado a cargo del hombre bajito. A causa de un accidente que había tenido, los houndogs preparados para una pelea habían escapado de sus jaulas, atacando a varios viandantes en la calle principal de Limípolis