Este periódico escolar nace como una aventura en la que un grupo de alumnos y de profesores quieren explorar las posibilidades de las herramientas de comunicación que existen en Internet. Está abierto a la colaboración de alumnos y profesores de nuestro Instituto.
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miércoles, 25 de mayo de 2011

Cantos de ultratumba

Cantos de ultratumba
Las palabras, brotaban de su boca, llenando el inmenso vacío de la lúgubre aula en que alguien ensayaba. Una y otra vez, repetía con tono armonioso y angelical, aquella cancioncilla.
Mis oídos jamás habían tenido el placer de escuchar algo tan hermoso. Aunque no podía ver a quien pertenecía aquella melodiosa voz, estaba seguro de que debía de pertenecer a una joven probablemente tan bella con su voz. Mi mente trato de imaginar el rostro de la joven pero no fue capaz de hacerlo; pensé que debía de ser hermosa… De repente me inundo una necesidad, quería verla, tenía que verla, necesitaba verla. Cada segundo que pasaba me sentía más nervioso y ansioso no paraba de preguntarme como sería: rubia, castaña o quizás morena. ¿Y sus ojos? ¿De qué color serian? Una a una, las dudas me inundaban, pero por muchas dudas que tuviera si no hacía algo probablemente se me escaparía para siempre así que reuní todo el valor que tenía y me puse en marcha hacia su encuentro siguiendo la voz, pero había tardado tanto en hacerlo que la canción ya estaba llegando a su fin y su voz fue decayendo poco a poco cada vez más, hasta desaparecer. Así lo único que conseguí fue perderme entre los pasillos de aquel enorme y deprimente instituto. Solo veía aulas y aulas pero no sabía cuál era la que estaba buscando. El pasillo estaba desierto hasta que el timbre que avisaba el comienzo de las clases sonó, y pase de estar perdido entre aulas a estar perdido entre la muchedumbre de alumnos que trataba de entrar en sus clases a base de golpes y empujones. De repente me vi tirado en el suelo aquello había sido una autentica estampida, jamás había presenciado semejante cosa pero de inmediato todo se puso en silencio. Los profesores comenzaron a entrar en sus clases, mientras yo seguía tirado en el frio suelo. Me levante de un salto y corrí hacia el ultimo profesor que quedaba por entrar pidiéndole un poco de ayuda y orientación. Él se giro hacia mí y con su dedo huesudo y afilado señalo el despacho de dirección y me dijo que preguntara allí.
Fui hacia el despacho un poco ofuscado y aturdido. Llame a la puerta con decisión y enseguida me abrieron invitándome a tomar asiento mientras esperaba que el director resolviera un asunto de vandalismo. Yo esperaba en un viejo y roñoso banco junto a la secretaria del director cuando de repente se abrió la puerta y entro una chica de estatura media pelo moreno ojos castaños ocultados bajo unas estruendosas gafas de culo de botella lo cierto es que era preciosa pero su aspecto la hacía pasar desapercibida o percibida de un modo un tanto peculiar en otras palabras tenía aspecto de lo que coloquialmente se conoce como una empollona. Yo como un chico de 16 años por supuesto opinaba de esa manera. La vi entrar, ella se dirigió a hablar con la secretaria y de repente la puerta del despacho interior del director se abrió y me llamo dentro. Una vez dentro con mucha paciencia y utilizando un pequeño plano, el director se dispuso a explicarme y a subrayarme en el plano donde se encontraba cada aula. Una vez que terminó de explicármelo todo salí del despacho. Entonces me di cuenta de que la chica también había desaparecido y sin darle más importancia me dirigí a mi aula cuando de repente la canción que había estado escuchando hace un rato volvió a sonar y sin perder tiempo me dirigí hacia la hermosa voz. Cuando llegue al lugar de donde procedía, me di cuenta de que era el aula de música y pensé que era tonto por no haber empezado a buscar por allí desde un principio. Una vez frente a la puerta, el miedo invadió mi cuerpo, pero le eche coraje y valor y aunque temblando como un flan abrí la puerta. Cuál fue mi sorpresa cuando al abrir me encontré con la muchacha, que media hora antes, había estado en el mismo despacho del director que yo. Me acerque a ella. Ella me miro y me sonrió. Le pregunte su nombre, pero ella no contesto y siguió cantando me acerque un poco mas por si no me había oído y me di cuenta de que bajo su apariencia de empollona era la chica más guapa que había visto en mi vida. Una vez acabada la canción volví a intentar que me dijera su nombre pero fue en vano porque desapareció como si fuera humo, pero de repente una tiza floto y escribió en la pizarra: Helena, ese es mi nombre.