Este periódico escolar nace como una aventura en la que un grupo de alumnos y de profesores quieren explorar las posibilidades de las herramientas de comunicación que existen en Internet. Está abierto a la colaboración de alumnos y profesores de nuestro Instituto.
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martes, 17 de mayo de 2011

Rosa eterna

Rosa eterna
Noche fría, pero el calor de cada uno de los ojos impacientados alumbraba y templaba el inmenso lugar. Adolescentes, adultos e incluso algunos ancianos estaban a punto de cumplir su sueño. Detrás de la plataforma, cuatro hombres: Mike, Joe, Freddy y George (más conocido como “Rag Dog”) impacientados también, se tragaban los nervios y, algunos, también su miedo al fracaso y se disponían a realizar su trabajo. Ya era la hora, iban a demostrar de nuevo, que los treinta años de su carrera no habían sido en vano. Seguían dándoles a los demás la libertad y la pasión por la rebeldía. Iban a trabajar duro aquella noche, ya que, tenían como trabajo su pasatiempo favorito, aunque cada uno tuviera sus problemas.
Pero algo les unía a los cuatro, algo que une y separa, que llena de euforia, enfada y da ganas de amar a la vez. Algo en lo que puedes poner toda tu confianza. Sube la adrenalina, la cual es directamente proporcional con el volumen de la música: el Rock n’ Roll.
El momento había llegado, le habían dado la señal. Con su uniforme de cuero negro, se dispusieron a hacer lo que siempre hacían. Cogieron los instrumentos y salieron al escenario. El bullicio impaciente se convirtió en gritos de histeria.
Entonces ocurrió. Rag Dog, rasgando su guitarra y su voz, siguió el ritmo de las baquetas de Freddy que retumbaban en la batería. Se unió también el bajo de Mike, cuyos dedos se movían tan rápido que tan sólo se diferenciaban sus uñas gastadas en el mástil. Los coros de Joe y su guitarra secundaria abrían el estribillo, donde todo el público se dislocó completamente. Por un momento, ese grupo, “Rosa eterna” se olvidó de su molestar, de sus penas, su dolor. No por ser famosos, ni por tener muchos fans, ni por el dinero que estaban ganado. Todo giraba alrededor de una cosa: la música. Habían triunfado, sí, esos chicos que un día se hicieron mayores. Que siempre habían soñado llegar hasta donde están. Todo era tan genial…
La música había dejado de sonar, y el sudor de los músicos se les transformó en lágrimas, aunque nadie lo notó. Así siguieron una y otra vez las canciones sonando, hasta que llegó el final.
Una vez en los camerinos, los problemas llegaron (el alcohol, la familia, las enfermedades, la soledad…)
Por un momento, se miraron todos en el espejo. 52 años, mayoritariamente. “Mirad” dijo George, “¿qué somos?”. “No somos nada”, respondió Mike. “Nada…” añadió Joe. “Eso es mentira”, repicó Freddy.”No puedo creer cómo os afecta esta sociedad. Sí que somos algo. Somos ese algo con los que muchas personas sueñan… ¡Son tantas! ¡Somos Rock n’ Roll! Eso nos convierte en nada para muchos pero en todo para otros. Hay miles de personas que sueñan con tan sólo ser vistos por nosotros. Somos libertad, rebeldía, pasión… Sí, es verdad, tenemos problemas, ¡pero todo el mundo los tiene! Y nosotros tenemos algo que ellos no… y lo sabéis”.
Una sonrisa se les escapó a todos y después legó una armoniosa carcajada.
Porque era verdad, todo lo que había dicho aquel viejo borracho era verdad. Porque por muy mal que te vaya la vida, por muchos problemas que tengas, siempre habrá algo, talvez un minucioso detalle, o algo enormemente grande. Tal vez sean estupideces para los demás, pero a ti siempre te llena de vida. Podría ser escuchar aquella melodía que te recuerde aquel momento tan especial, el chocolate, escuchar carcajadas de tus amigos, que te despierten los pájaros los domingos por la mañana, ver a una pareja de ancianos pasear cogidos de la mano…
Todas esas pasiones, todos los sueños acumulados durante los años, nunca van a perderse porque tengas un mal día. Lo que mantiene vivos a este grupo es el Rock n’ Roll. Con el tiempo, Freddy dejó el alcohol, Joe superó su cáncer, Mike crió a su hijo y le dedicó todo el tiempo del mundo. George conoció a su amor verdadero, aunque él no se dio cuenta hasta el cabo de un tiempo.
Dejaron el grupo; sin saberlo aquel había sido su último concierto, pero su vida seguía girando en torno a la música. De vez en cuando se unían y componían música, tocaban viejas canciones…
Esta historia acaba con un final feliz, porque, de vez en cuando, la vida te dice “sí” y te da oportunidades para lograr tus sueños.