POESÍA
No estaba planeado
aquello que tanto temí
ahora, ojos abiertos,
se hizo verdad, hace tiempo.
Es un grito desgarrando
un silencio sofocado.
Es una llamada de auxilio
en medio del delirio.
Es febril el deseo,
culpable mi anhelo.
Me pregunto si mirarás
este mismo cielo,
¿En qué piensas? ¿Guardarás,
quizás, de mi algún recuerdo?
Maravillosa pesadilla
aun presente en mis retinas.
No necesito que entiendas
me basta con que lo sepas.
Un pedazo mío fue arrancado
contigo se ha marchado
para no dejarte sola
aun lleguen las bajas horas.
Pero, sigue aquí
está agonizando
suplica que lo arranquen
necesita su otra parte.
Un hielo abrasador
recorre el vacio interior
ese fuego helado
prendido a una herida que duele,
duele y no se siente.
Ahogado es el dolor
de un mal presente
en un grito lleno de temor.
Persigues un bien soñado
consigues un descanso cansado.
Te haces polvo
poco a poco,
se desvanece ilusión,
fuego e hielo, lenta fusión.
Y permanecerás,
como mi todo y mi nada,
al despertar cada mañana.
Y reaparecerás,
aun todo esté acabado,
aun el fondo alcanzado.
Mil serán las veces que te sueñe,
tantas como en papel realidades diseñe.
La bienvenida me fue dada
a la condena pactada.
No estaba planeado
aquello que tanto temí
ahora, ojos abiertos,
se hizo verdad, hace tiempo.
Es un grito desgarrando
un silencio sofocado.
Es una llamada de auxilio
en medio del delirio.
Es febril el deseo,
culpable mi anhelo.
Me pregunto si mirarás
este mismo cielo,
¿En qué piensas? ¿Guardarás,
quizás, de mi algún recuerdo?
Maravillosa pesadilla
aun presente en mis retinas.
No necesito que entiendas
me basta con que lo sepas.
Un pedazo mío fue arrancado
contigo se ha marchado
para no dejarte sola
aun lleguen las bajas horas.
Pero, sigue aquí
está agonizando
suplica que lo arranquen
necesita su otra parte.
Un hielo abrasador
recorre el vacio interior
ese fuego helado
prendido a una herida que duele,
duele y no se siente.
Ahogado es el dolor
de un mal presente
en un grito lleno de temor.
Persigues un bien soñado
consigues un descanso cansado.
Te haces polvo
poco a poco,
se desvanece ilusión,
fuego e hielo, lenta fusión.
Y permanecerás,
como mi todo y mi nada,
al despertar cada mañana.
Y reaparecerás,
aun todo esté acabado,
aun el fondo alcanzado.
Mil serán las veces que te sueñe,
tantas como en papel realidades diseñe.
La bienvenida me fue dada
a la condena pactada.