GEMELOS PARA SIEMPRE
Nina era pelirroja y con los ojos verdes. Sus padres se llamaban Enrique y Claudia y tenía un hermano gemelo llamado Toni. Cuando tenían solo 3 años, sus padres se divorciaron y su padre se marchó, llevándose a Toni con él. Desde entonces Nina no quería comer, ni beber, ni hacer nada, solo quería dormir.
Tenían que obligarla y todos temían que hubiera perdido la razón. Ella había intentado explicarlo pero nadie la creía y es que cuando se dormía siempre soñaba con Toni y para ella esos sueños en los que comía, jugaba y demás eran reales. Pronto dejó de hablar con la gente y se quedaba dormida siempre que podía, cada vez era más difícil que hiciera algo. Debido a esto al cumplir cinco años cayó enferma, justo el día de su cumpleaños. Mientras iban al hospital, su madre le dijo que tendría que quedarse en él hasta que se recuperase y que mientras estuviese allí tendría que descansar mucho para mejorarse antes. Cuando Nina oyó esto le preguntó si entonces tendría que dormir durante mucho tiempo al día. Su madre empezó a decir que si, y entonces Nina sonrió ampliamente y dijo que le encantaba su regalo de cumpleaños. Claudia entendió demasiado tarde que se había equivocado diciendo eso, pero no tuvo fuerzas para contrariarla, hacía demasiado tiempo que no la veía sonreír sin estar dormida. Pasaron los años y su enfermedad empeoraba, pero a pesar de todo ella seguía durmiendo con una sonrisa pintada en la cara. A los siete años le preguntó a su madre, una de las veces que fue a visitarla, el significado de morir. Esta no respondió, porque sabía que no podía darle la misma respuesta que se daba a los niños pequeños que preguntaban eso.
-¿Por qué lo dices?- le dijo para eludir su pregunta.
-Aquí se muere mucha gente antes de lo que debería- le respondió-, ¿eso me pasará a mí también?
-No -respondió Claudia rotundamente– tú te vas a recuperar.
-La gente dice que morir es malo, pero, ¿qué es morir?
En ese momento, una enfermera pasaba por ahí y le respondió:
-Morir es como…dormir eternamente.
La madre de Nina le dirigió una mirada incendiaria y la enfermera confundida siguió su camino un poco contrariada por el repentino enfado de Claudia.
–Entonces -dijo Nina- no puede ser tan malo.
Después de que dijera eso, llegó su médico, diciendo que la hora de las vistas ya se había acabado y Nina cerró los ojos dispuesta a quedarse dormida otra vez.
Al cumplir Nina 12 años, los médicos informaron a ella y a su madre que a Nina solo le quedaban tres días de vida. Esta última no podía dejar de llorar.
-No te preocupes -le dijo Nina-estaré con Toni, ¡Ah!, es verdad tengo que decírselo -dijo- a la vez que cerraba los ojos.
-¡Toni!- le llamaba en sueños Nina-¡Toni!
-Aquí -le respondió un chico exactamente igual que ella.
Estuvieron hablando largo rato, sentados en un prado verde, hasta que Nina decidió contárselo.
-Me muero dentro de tres días –anunció.
Toni la miró sorprendido.
-¿Tú también?
Nina también estaba sorprendida pero le respondió con una sonrisa:
-Somos gemelos, ¿qué esperabas?
-¿Estás triste?-le preguntó
-Para nada -le respondió Nina- dicen que la muerte es un sueño eterno, así podré soñar contigo eternamente.
-Entonces manos a la obra, tiene que quedar preciosa-dijo Toni.
-¿El qué?-preguntó Nina con curiosidad
Y mientras Nina se iba despertando Toni se acercó y le susurró al oído:
-Nuestra canción de cuna.
Cuando Nina despertó su madre estaba a su lado y al ver que había abierto los ojos le informó:
-Acaba de llamar tu padre…Toni también se muere dentro de 3 días -le dijo con una mirada triste.
-Lo sé -dijo Nina- me lo ha dicho.
Claudia puso cara de circunstancias y se despidió dándole a Nina un beso en la frente.
Al fin llegó el día temido por unos y esperado por otros. La madre y los médicos de Nina estaban junto a ella.
-Adiós a todos- dijo Nina con una sonrisa, mientras se quedaba dormida por última vez.
Esta vez estaban en una playa y Toni la esperaba en la orilla.
-¿Lista?-le preguntó Toni.
-Lista –respondió.
Y comenzaron a cantar cogidos de las manos a la vez que todo se volvía oscuro y las olas se acercaban a ellos cada vez más, pero siguieron cantando con una sonrisa en los labios aun cuando estas los sumieron por fin en la más profunda oscuridad.
Los que estaban con ellos se sorprendieron de oírlos cantar, ya que estaban dormidos, pero se les quedaron grabadas cada una de las palabras de aquella preciosa canción.
Nina se despertó. El único recuerdo que le quedaba era el de Toni, quien se encontraba a su lado. Sonrió, mientras una mujer desconocida los cogía en brazos y los abrazaba con infinito cariño. Los dos pensaron:
-¿Seremos felices esta vez?
Nina era pelirroja y con los ojos verdes. Sus padres se llamaban Enrique y Claudia y tenía un hermano gemelo llamado Toni. Cuando tenían solo 3 años, sus padres se divorciaron y su padre se marchó, llevándose a Toni con él. Desde entonces Nina no quería comer, ni beber, ni hacer nada, solo quería dormir.
Tenían que obligarla y todos temían que hubiera perdido la razón. Ella había intentado explicarlo pero nadie la creía y es que cuando se dormía siempre soñaba con Toni y para ella esos sueños en los que comía, jugaba y demás eran reales. Pronto dejó de hablar con la gente y se quedaba dormida siempre que podía, cada vez era más difícil que hiciera algo. Debido a esto al cumplir cinco años cayó enferma, justo el día de su cumpleaños. Mientras iban al hospital, su madre le dijo que tendría que quedarse en él hasta que se recuperase y que mientras estuviese allí tendría que descansar mucho para mejorarse antes. Cuando Nina oyó esto le preguntó si entonces tendría que dormir durante mucho tiempo al día. Su madre empezó a decir que si, y entonces Nina sonrió ampliamente y dijo que le encantaba su regalo de cumpleaños. Claudia entendió demasiado tarde que se había equivocado diciendo eso, pero no tuvo fuerzas para contrariarla, hacía demasiado tiempo que no la veía sonreír sin estar dormida. Pasaron los años y su enfermedad empeoraba, pero a pesar de todo ella seguía durmiendo con una sonrisa pintada en la cara. A los siete años le preguntó a su madre, una de las veces que fue a visitarla, el significado de morir. Esta no respondió, porque sabía que no podía darle la misma respuesta que se daba a los niños pequeños que preguntaban eso.
-¿Por qué lo dices?- le dijo para eludir su pregunta.
-Aquí se muere mucha gente antes de lo que debería- le respondió-, ¿eso me pasará a mí también?
-No -respondió Claudia rotundamente– tú te vas a recuperar.
-La gente dice que morir es malo, pero, ¿qué es morir?
En ese momento, una enfermera pasaba por ahí y le respondió:
-Morir es como…dormir eternamente.
La madre de Nina le dirigió una mirada incendiaria y la enfermera confundida siguió su camino un poco contrariada por el repentino enfado de Claudia.
–Entonces -dijo Nina- no puede ser tan malo.
Después de que dijera eso, llegó su médico, diciendo que la hora de las vistas ya se había acabado y Nina cerró los ojos dispuesta a quedarse dormida otra vez.
Al cumplir Nina 12 años, los médicos informaron a ella y a su madre que a Nina solo le quedaban tres días de vida. Esta última no podía dejar de llorar.
-No te preocupes -le dijo Nina-estaré con Toni, ¡Ah!, es verdad tengo que decírselo -dijo- a la vez que cerraba los ojos.
-¡Toni!- le llamaba en sueños Nina-¡Toni!
-Aquí -le respondió un chico exactamente igual que ella.
Estuvieron hablando largo rato, sentados en un prado verde, hasta que Nina decidió contárselo.
-Me muero dentro de tres días –anunció.
Toni la miró sorprendido.
-¿Tú también?
Nina también estaba sorprendida pero le respondió con una sonrisa:
-Somos gemelos, ¿qué esperabas?
-¿Estás triste?-le preguntó
-Para nada -le respondió Nina- dicen que la muerte es un sueño eterno, así podré soñar contigo eternamente.
-Entonces manos a la obra, tiene que quedar preciosa-dijo Toni.
-¿El qué?-preguntó Nina con curiosidad
Y mientras Nina se iba despertando Toni se acercó y le susurró al oído:
-Nuestra canción de cuna.
Cuando Nina despertó su madre estaba a su lado y al ver que había abierto los ojos le informó:
-Acaba de llamar tu padre…Toni también se muere dentro de 3 días -le dijo con una mirada triste.
-Lo sé -dijo Nina- me lo ha dicho.
Claudia puso cara de circunstancias y se despidió dándole a Nina un beso en la frente.
Al fin llegó el día temido por unos y esperado por otros. La madre y los médicos de Nina estaban junto a ella.
-Adiós a todos- dijo Nina con una sonrisa, mientras se quedaba dormida por última vez.
Esta vez estaban en una playa y Toni la esperaba en la orilla.
-¿Lista?-le preguntó Toni.
-Lista –respondió.
Y comenzaron a cantar cogidos de las manos a la vez que todo se volvía oscuro y las olas se acercaban a ellos cada vez más, pero siguieron cantando con una sonrisa en los labios aun cuando estas los sumieron por fin en la más profunda oscuridad.
Los que estaban con ellos se sorprendieron de oírlos cantar, ya que estaban dormidos, pero se les quedaron grabadas cada una de las palabras de aquella preciosa canción.
Nina se despertó. El único recuerdo que le quedaba era el de Toni, quien se encontraba a su lado. Sonrió, mientras una mujer desconocida los cogía en brazos y los abrazaba con infinito cariño. Los dos pensaron:
-¿Seremos felices esta vez?
