Este periódico escolar nace como una aventura en la que un grupo de alumnos y de profesores quieren explorar las posibilidades de las herramientas de comunicación que existen en Internet. Está abierto a la colaboración de alumnos y profesores de nuestro Instituto.
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lunes, 26 de abril de 2010

En busca del sollozo del sol

"En busca del sollozo del Sol"


Seguía lloviendo. La nave se había estrellado y no sabíamos qué hacer. Max y Sally intentaban dormir. Yo miraba por la ventana empañada la lluvia caer. Mis amigos pensaban que era el fin y que no saldríamos vivos de allí. No tenía miedo. Había montado en una nave espacial y había abandonado a mi familia no sólo para tener miedo, si no para encontrar "el sollozo del Sol", antídoto de la enfermedad que invadía nuestro planeta, Venus. Todos moriríamos a no ser por que lo encontrásemos a tiempo.
Decidí ir a tranquilizar a mis compañeros pero estaban dormidos y yo decidí hacer lo mismo. Al despertar, había dejado de llover por lo que decidimos coger nuestros caballos y emprender el viaje.
Pasó una semana y no había resto de seres humanos por lo que me pareció extraño. Justo cuando estaba pensando esto encontramos un precipicio en el medio del camino tan profundo que no se le podía ver su fondo.
-Tiraremos aquel árbol. Lo usaremos como puente porque es lo bastante fuerte, largo y resistente para que podamos pasar- dijo Max.
Max siempre llevaba la razón. Lo malo es que la vida no le había dado una oportunidad para que lo demostrara. Aunque algún día todos descubrirán que detrás de ese niño rubio con ojos de caramelo, alto, delgado y con la expresión algo indiferente, se esconde un genio, el chico que cambiará el mundo.
Pasaríamos de uno en uno, con nuestros caballos. Max estaba a punto de cruzar cuando el tronco se empezó a tambalear como si una manada de elefantes estuviera saltando encima. Max se bajó del caballo rápidamente y consiguió salvarse justo a tiempo, aunque el caballo murió. Fuimos a ver como estaba. Se había roto un brazo y, como es normal, supo curarlo. Paramos a descansar.
Cuando estaba a punto de dormirme, escuché unos pasos que se dirigían a nosotros. Intenté despertar a mis amigos, pero no hubo suerte. Escondida escuché unas voces que nos amenazaban con robarnos la vida. Intenté distraerlos de Sally y Max sin que me cogieran y lo conseguí con éxito. Volví al campamento. Cuando fui a comprobar donde estaban mis compañeros y los caballos, lo único que encontré fue una nota que decía:
"Hola Aqua soy Sally. No vengas a buscarnos, todo es una trampa. Lo importante ahora es llegar a tiempo. No te preocupes por nosotros. Estoy segura de que lo vas a conseguir."
Sally es una chica miedica, pero bondadosa y buena amiga. Todos saben que detrás de esos ojos verdes, ese pelo negro y esa sonrisa, se esconde un corazón de oro.
Le hice caso a Sally y con el rostro mojado empecé a andar. Al cabo de una hora encontré una posada. Se llamaba: "El sollozo del Sol"- Curioso nombre- sospeché- tengo que estar muy cerca.
Entré y le pregunté al chico de recepción que si sabía dónde estaban "Los Alpes".
-¿Bromeas?- contestó. Me cogió de la mano y me puso la cara frente a una ventana. - Eso, son "Los Alpes"- Eran unas montañas reflejadas por la luz de la Luna. Al fondo había un castillo.
- ¿Ese castillo es "el sollozo del Sol"?
- Efectivamente- me respondió. -¿Te gustaría saber por qué se llama así?- Asentí y él añadió:- Cuenta la leyenda que un grupo de extraterrestres entró allí y no salieron nunca. Desde entonces, allí el Sol siempre da aunque sea de noche o esté nublado.
Comprobé que era verdad. Empecé a temblar y noté como me desmayaba.
Al recobrar el sentido, me encontraba en una sala lujosa con una caja de música de cristal azul en el medio. No había ninguna luz encendida y sin embargo relucía el Sol. Miré el reloj y eran las cinco de la mañana. El Sol saldría en tres horas. Solo había una razón para explicar lo que estaba sucediendo: estaba en el castillo. Comencé de nuevo a tener miedo, pero mi fuerza de voluntad era mayor que y fui hacia la caja de música. Cuando me encontré enfrente de ella tuve el deseo inmenso de abrirla. La abrí. Todo se oscureció de repente. Poco a poco la luz empezó a volver a aparecer. Lo raro es que ya no me encontraba en la misma habitación que antes. Comprobé como aquella se parecía mucho a mi cuarto. Mucho más que eso, era idéntica. Abrí la puerta y encontré el salón. ¡Estaba en mi casa! En el sofá estaban sentados junto a mi familia, Max y Sally. ¡Mi hermano ya no estaba enfermo! Lo raro es que nadie se acordaba de nada de lo que había pasado. Todos pensaron que había sido un sueño. Yo me engañé pensando lo mismo. Cuando volví a mi cuarto en el suelo estaban mi espada, mi arco con flechas y la nota que me escribió Sally. Lo guardé todo y decidí no hablar más de ello y aparcar esta aventura en un rinconcito de mi mente.
FIN :)