Este periódico escolar nace como una aventura en la que un grupo de alumnos y de profesores quieren explorar las posibilidades de las herramientas de comunicación que existen en Internet. Está abierto a la colaboración de alumnos y profesores de nuestro Instituto.
_______________________________________________________________________________________

jueves, 10 de mayo de 2012

Concurso de Relatos 2012 - Categoria B: Secretos tras Bambalinas

SECRETOS TRAS BAMBALINAS

- Es un se-cre-to – me permití el lujo de silabear en su oído sin dejarme amedrentar por su la mirada asesina que me lanzaban aquellos dos ojos marrones.

- Sabes perfectamente que me acabaré enterando, no hay secreto que se me resista- la sonrisa traviesa se ensancha en sus labios con cada segundo de silencio, se sabe maestra en este tema y

- ¿Y quien dice lo contrario?, solo digo que esta vez no te saldrás con la tuya Nieves- dije alejándome del proscenio, este asalto era mío pues sabia perfectamente que ella no me seguiría, se tomaba demasiado enserio sus responsabilidades y en este momento su prioridad era supervisar la colocación de las nuevas candilejas.

Un secreto… no tengo muy claro si esto que estamos preparando puede nombrarse como tal, quizás más bien todo lo que hay detrás.

Esta historia es un poco larga, ha venido sucediendo durando años y me he mantenido como protagonista sin saberlo durante gran parte de su desarrollo, muchos han sido testigos y ahora es momento de ponerle su broche con ayuda de todos.

A mi mismo me ha costado darme cuenta, pero ya me he hartado de la situación, todos parecían saberlo menos yo, creo que a estas alturas solo queda una persona que no lo sepa y precisamente estamos puliendo los últimos trazos de un plan para que todo salga a luz por llamarlo de alguna forma.

Todas las acciones que durante meses hemos venido ocultando bajo la palabra secreto quedaran desveladas mañana por la noche. Es extraño saberlo, saberte parte de algo que te dejara vulnerable frente a la persona que más te importa, pero, ¿que más da? no es momento de acobardarse.

Mientras los pensamientos se arremolinan en mí ya de por si caótica mente, me encuentro dentro del que podríamos llamar nuestro cuartel general: el taller en el que nuestra compañía de teatro alberga todo aquello relacionado con la utilería que posteriormente adereza el escenario.

Este es el lugar donde me he refugiado estos años, cuando llegué era demasiado tímido para estar de cara al publico en las representaciones, mientras ese detalle se solventaba me adjudicaron una plaza aquí, que posteriormente seguí manteniendo a pesar de combinarla con otros roles, es un sitio en el que me siento cómodo.

Como muchas cosas a las que en su momento no me les di importancia mi entrada en esta compañía de teatro para jóvenes tiene una razón bastante concreta, más de lo que yo creí en su momento. Nunca me había dado cuenta de lo manipulado que he estado estos años por decirlo de alguna manera. Me siento como un niño pequeño cada vez que lo pienso, cada vez que me doy cuenta de que muchas de mis decisiones han estado decididas desde un principio por un factor que a mi juicio valía más que el resto, un factor que incluso a veces quedaba en la sombra y yo no notaba, pero, que siempre ha estado ahí… solo tenia que fijarme. Aun así no me arrepiento de nada.

Como siempre el taller se haya casi vacío, es un espacio grande con mesas de trabajo amplias con proyectos a medio acabar, se distingue un notable olor a pintura pero ya estoy acostumbrado. La opresión se hace presente en mi pecho, me doy la vuelta y veo que hay un objeto defectuoso a medio destrozar, cojo un martillo y termino la labor. Es costumbre hacer esto con la parte de la utilería que no podemos aprovechar para la siguiente representación. Hay varios motivos para esto, el oficial es la falta de espacio aunque el hecho de que es algo antiestrés y en parte divertido también ayuda.

Mientras los martillazos se suceden de forma prácticamente automática mi mente desconecta y mi memoria se encarga de llevarme a quizás el momento que hace meses, casi un año, desencadeno todo esto.

Acababa de terminar la temporada de teatro en nuestra compañía pues al componerse el reparto casi exclusivamente de estudiantes los meses estivales se tomaban como una tregua en la que teníamos nuestras particulares vacaciones coincidiendo con las estudiantiles, aun así yo entre otros compañeros junto con parte del staff debíamos seguir asistiendo a las instalaciones un par de días antes de librarnos de nuestras responsabilidades.

Normalmente nadie quiere encargarse del papeleo así que suele ser una tarea que se sortea, este año los encargados éramos Nieves y yo, por si no lo he mencionado antes ella es mi mejor amiga. Realmente no entiendo muy bien el motivo pero siempre que empiezo a hablar de ella me resulta difícil parar, mi lengua parece desentenderse por entero de mi cuerpo y dársela de autónoma, es algo curioso sin duda pero a mi no me hace mucha gracia. En esta ocasión intentare ser breve: es una chica alta de pelo corto rubio y ojos marrones, quizás una de las mejores personas que he conocido pero al mismo tiempo de las más complejas. Es muy difícil entenderla, es toda una maestra de las máscaras y aunque es amable y se lleva bien con todos pocos pueden llamarse sus amigos, cuando te acercas a ella es increíblemente reservada. No digo más, por mucho que lo intentara, describirla es una tarea que me viene muy grande.

Entre unas cosas y otras acabamos el papeleo relativamente pronto, yo tenía prisa así que me levanté para salir del pequeño despacho pero antes de ello su voz me dejo clavado en el sitio.

- Espera Alberto- dijo - hay un tema del que quiero hablar contigo- para este momento yo ya me había girado e intentaba leer sus expresiones que como siempre se mantenían en una estudiada mascara de tranquilidad.

- Te escucho- pronuncio sin poder evitar llevarme las manos a la espalda y apretarlas con fuerza.

- No se si recuerdas que mi padre vive en Barcelona y que todos estos años le he echado mucho de menos- se muerde ligeramente el labio- el próximo año cumpliré la mayoría de edad y por tanto podré elegir libremente mis acciones, me ha tomado su tiempo pero he decidido que lo mejor para mi es que me vaya a vivir allí con él y estudie la carrera en una universidad de allí, se que aun queda mucho pero ahora que lo he decidido quería decírtelo, quería que fueras el primero en saberlo-una sonrisa falsa.

- Entiendo- odio mi escasa elocuencia en estas situaciones.

- Lo cierto es que también quiero aprovechar para despedirme, mañana me voy a Barcelona, estaré allí todo el verano así que no nos veremos hasta que empiece el curso, siento mucho cancelar todos los planes que habíamos hecho…lo siento Alber- espera, espera, ¿esto es una despedida? ¿esta es NUESTRA despedida? ¿ocultando tus sentimientos bajo una máscara? Esa forma particular de decir mi nombre, esa forma de pronunciarlo que solo tu consigues, hace que mi corazón de un salto con voltereta incluida ,pero muy a mi pesar no es el gesto dulce de siempre, el que me saca una sonrisa, es todo lo contrario.

Esos ojos pardos que tanto temo pero que a la vez tanto me gusta mirar, esos ojos que saben leerme se niegan a encontrarse con los míos

- A-adiós- Me lacera la garganta decirlo. ¿Por qué? ¿Por qué me he dado medía vuelta? ¿Por qué estoy corriendo?

Mientras corro no puedo evitar que la cabeza me de vueltas, que todo mi mundo de vueltas, me he caído y un dolor punzante se instala en mis manos, ambas teñidas de rojo escarlata se aprietan fuertemente hasta formar puños que tiemblan en la escasa luz que ofrece el anochecer.

Parece irreal, el dolor físico es apenas una escaramuza comparado con el insoportable ardor en mi pecho, mi mente esta ocupada intentando descifrar todos esos gestos que pasaron desapercibidos, esas miradas que no supe entender.

Un fuerte golpe en la nuca me saca de mis cavilaciones, me doy la vuelta y me encuentro con la mirada divertida de Nicolás

- Mentiría si dijera que ha sido un accidente – sonríe con descaro para después pasarme un brazo por los hombros- vámonos a casa que es tarde y mañana tienes que estar descansado.

El sueño parece no tener intención de aparecer, me encuentro tumbado mirando al techo, llevaré horas así y en este tiempo no he podido apartar de mi mente esos momentos clave que conllevaron el plan que mañana tendrá su culmen.

No se cuanto tiempo había pasado desde que vi por ultima vez a Nieves, seguramente ya hiciera más de una semana y ese era el tiempo que llevaba sin salir de mi casa, mis padres estaban de viaje y no tenia que dar cuentas a nadie, quizás ese tiempo explicara mi actual estado de ánimo. Me siento tremendamente estúpido cada vez que me doy cuenta de esto pero tengo una gran dependencia de

Nieves, nunca hemos estado más de dos semanas seguidas separados y mi limite por llamarlo de alguna manera esta en la semana y media, a partir de ese momento me vuelvo en cierto sentido loco.

Me resulta inverosímil la idea de estar todo el verano sin verla y de que cuando se mude seguramente apenas pueda verla un par de veces al año, duele, duele mucho. Es parte de mi vida, uno de mis pilares y mi principal apoyo, esto es algo que nunca vi venir, estoy realmente ciego.

Oigo fuertes ruidos en la puerta pero los ignoro, cierro los ojos y me empiezo a quedar dormido cuando dos manos me zarandean violentamente.

- ¡Eh tú!- me llama una voz conocida- diablos Alberto sabia que eras estúpido pero no tanto- disimula su preocupación con una cara de fastidio.

Miro a mi alrededor y me he encuentro con 3 de mis mejores amigos Nicolás, Esteban y Luisa, ¿acaso hay una reunión en mi casa y yo no me he enterado?

- ¿Qué hacéis aquí?- digo mientras me incorporo y me siento en el sofá.

Me ignoran olímpicamente, se dedican a pasear la mirada por el más que desordenado salón.

- ¿Por qué estáis aquí? no recuerdo haberos invitado- recrimino ese pequeño detalle casi gruñendo.

- ¿Tu que crees?, nos preocupamos por ti IDIOTA- dice remarcando la palabra mientras desvía el rostro y adopta una pose digna.

- Todo esto es por la marimacho de Nieves ¿no es así?- gracias por el tacto Esteban.

- Claro que no y no se te ocurra volver a decir eso de …- soy interrumpido bruscamente.

- Lo siento pero tomaré eso como un si- le dedico mi mejor mirada asesina- venga ya tío, sabes que es verdad, deja de negarlo.

Bajo la cabeza y niego débilmente, no es verdad ¿o si?, rechino los dientes sin darme cuenta.

- ¿Por qué no dejas de lamentarte y haces algo? ten de iniciativa por una vez- la voz de Nicolás rompe el breve y tenso silencio.

- Vale tengo que hacer algo pero no entiendo que pintáis vosotros aquí, sobre todo tu- señalo a Esteban con cara de pocos amigos

- No me caes bien ni me gusta tu actitud, eso ya lo sabes, pero también sabes que tengo una deuda contigo y es una buena oportunidad para saldarla- que mal mientes amigo, puedo ver la preocupación en tus ojos claros, aprendí a leer máscaras a nivel experto con Nieves, comparado con eso esto es fácil.

Acepto su ayuda y para cuando quiero darme cuenta se encuentran los tres trazando un plan.

- Vale muy bien pero antes necesitamos obtener mas información- apunta Luisa dándome la espalda, ocupada en diseñar un plan para el que no me pedían opinión.

- Oye chicos ¿no vale mi opinión o qué?- pregunto molesto.

- No Albertito, los adultos deciden por ti- sonríe divertido, esta tentando su suerte, mi paciencia es muy corta, maldito Esteban.

- Te recuerdo que soy mayor que tú- me levanto de un salto, sabe muy bien como picarme.

- Pues no te comportas como tal- exclama Nicolás sumamente serio, la mirada dura que me dedica me da miedo y decido que calladito estoy más guapo.

Ese día se decidió todo, ellos se encargaron de contárselo a los demás y para cuando quise darme cuenta toda la plantilla del teatro menos Nieves estaba en el ajo.

El momento ha llegado, estoy a punto de hacer mi entrada y esta ocurriendo algo realmente inesperado, me encuentro sorprendentemente tranquilo, esta noche me quitare un gran peso de encima, pasará lo que tenga que pasar y estoy preparado para ello.

Un suspiro se escapa de mis labios, cierro los ojos y mantengo una respiración profunda.

Cuando salga a ese escenario pondré punto a esta particular historia, escapa de mi control el hecho de que este sea un punto y final o un punto y seguido, la decisión es suya. Aun así sea cual sea el desenlace de esta crónica será algo reservado para ella y para mi, el publico será testigo pero este no tendrá conocimiento de lo que realmente esta viendo, ellos no notaran la diferencia, solo verán una representación, la última de esta temporada, la verdad de lo sucedido será nuestro particular secreto tras bambalinas.