Este periódico escolar nace como una aventura en la que un grupo de alumnos y de profesores quieren explorar las posibilidades de las herramientas de comunicación que existen en Internet. Está abierto a la colaboración de alumnos y profesores de nuestro Instituto.
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jueves, 22 de mayo de 2014

Concurso de Relatos 2014 - Categoria A: Memorias de nadie sabe quién

Una mano temblorosa empieza a escribir en un trozo de papel arrancado, letra apretada, dedos fríos. Nadie sabe cómo va a acabar. ¿Acaso alguien la está viendo? ¿Acaso cuándo se convierta en un recuerdo la recordarás? La mano firma el papel, más que escribiendo, dibujando las letras, que forman delicadamente un penoso nombre.

- ¿Sigo siendo humana? ¿Sigo siéndolo… después de todo?

Doblándolo, formando un avión de papel, aquellas manos heladas lo lanzaron hacia el único resquicio de luz que se podía ver desde su prisión de hielo, hacia aquel pequeño trozo de cielo. Y la chica tumbada en el suelo, sin fuerzas para moverse, recogiendo las lágrimas que caían por sus ojos, se preguntó si el mar estaría formado por aquellas pequeñas gotas saladas. El mar… tan solo como ella. Su piel descubierta bajo la ropa desgarrada se estremece de frío y dolor.

-¿Dónde estás?- grita sollozando- No te veo… Ya no veo nada.

La Luna de la noche va absorbiendo la vida, que se escapa de un frágil cuerpo. Unos dedos entumecidos se alzan hacia ella, intentando escuchar su muda canción, que dulcemente la acunaba. A pesar de todo, una sonrisa pura iluminaba su rostro; pero era solo una copia, provocada por los recuerdos, recuerdos que tomaban la forma de unos ojos verdes, pelo castaño y suaves labios… tan suaves. Todos ellos se encontraban en una fría rosa de hielo. Alargó la mano y se oyó el sonido de algo rasgándose, un nuevo trozo de papel. Y antes de que un lápiz sin apenas punta lo rozara siquiera con esas pobres manos, más blancas que el propio papel, dijo con voz débil:

-Mis manos blancas se retuercen. Anhelan volver a unirse con las tuyas.

La chica arruga el papel en sus manos y llora desconsoladamente con todas las fuerzas que le quedan, pero el frío congela sus lágrimas. ¿Cuántas veces ha tratado de escapar de allí? La libertad está demasiado lejos.

-¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿Cómo es que sigo viva?

Coge la rosa de hielo. El mañana le arranca bellos destellos. Se tumba boca arriba y se la pone en el pecho, agarrándola con ambas manos.

- Moriré como La Bella Durmiente. ¿Alguien me despertará de mi eterno sueño? ¿Acaso él me recordará cuando me convierta en un recuerdo?

Todo se empieza a teñir de blanco, pero antes de que todo desaparezca oye una voz y allá en ese pequeño trozo de cielo ve varias figuras recortadas a la luz del amanecer. “¿Viviré o moriré? Dejaré que lo adivines” –escribe en aquel trozo de papel y, formando un avión de papel, lo lanza.

A los pies de un agujero de hielo un grupo de rescate por fin ha encontrado a la chica que despareció en medio de una tormenta de nieve. Un chico que no pertenece a ese grupo, pero que insistió en ayudar en todas las expediciones, ve con sus verdes ojos cómo sale del agujero un avión de papel. El helado viento revuelve su cabello castaño. Lo recoge y con una sonrisa, sus labios susurran un esperanzado nombre.